El trompetista daimieleño Manuel Blanco volvió a dejar constancia de su maestría y excelencia sobre el escenario la pasada noche de sábado en el Santuario de las Cruces. Un concierto promovido por la Hermandad de la Virgen de las Cruces que llenó hasta completar aforo.
Daimiel Noticias.- El patio principal del Santuario de las Cruces recibió al trompetista daimieleño Manuel Blanco la noche de ayer sábado para llevar a cabo el concierto promovido por la Hermandad de la Virgen de las Cruces. Una iniciativa impulsada con el objetivo de recaudar fondos para los futuros proyectos y mejoras que la hermandad pretende realizar en el santuario de la patrona de Daimiel. La cita completó el total del aforo establecido de 430 personas vendiendo todas las entradas.
En torno a las 21:00 horas, Manuel Blanco aparecía sobre el escenario junto a su compañero el maestro pianista Lorenzo Moya, que lucía un elegante piano de cola. El público recibió a los músicos entre cálidos aplausos. Familiares, amigos y demás admiradores del solista, aguardaban con entusiasmo el inicio del concierto, que desde el pasado mes de octubre del 2021 en el Auditorio Municipal, no habían tenido oportunidad de volver a presenciarle en la localidad. “Hoy he despertado en Madrid con nervios, como si fuera uno de mis primeros conciertos. Volver a Daimiel siempre me resulta emocionante”, comentaba el propio artista al inicio del concierto.
De este modo, a dúo entre piano y trompeta, comenzó una actuación que homenajeó a una variada selección de estilos y técnicas que el solista daimieleño interpretó desplegando su talento. Los primeros instantes del concierto estuvieron marcados por las “Siete canciones de Falla”, una versión que servía como introducción a esta noche a la que le siguió el jazz de “Rhapsody in Blue” de George Gershwin, escrita en 1924.
La bailarina profesional de danza y flamenco, Laura Daganzo, acompañó con su baile durante la actuación exhibiendo un dominio de la coreografía cargado de sentimiento y suntuosidad en sintonía con los temas interpretados. Pero la noche alcanzó su plenitud cuando el contrabajista Reinier Elizalde, ‘El Negrón’, y el baterista Michael Olivera se incorporaron sobre las tablas. Aquí fue cuando se puso en marcha la gran admirable destreza como conjunto. Sonaron canciones con diferentes ritmos como el bolero “He perdido contigo” o el pasodoble “La Concha Flamenca”.
La calidad de ejecución y profesionalidad de Manuel Blanco estuvo presente en todo momento. La noche llegaba a su final, pero antes de marchar, el solista brindó al público entonando el himno de la Virgen de las Cruces, con el que brilló especialmente y se ganó la ovación de todos los asistentes. “Ha sido un concierto maravilloso, con ese final del himno de la virgen con el que hemos vibrado todos. Todo lo recaudado irá para las obras que tanto necesita el santuario”, subrayaba Manuel Vicente López de la Nieta, presidente de la Hermandad Nuestra Señora de las Cruces.
Así concluía la velada musical del reconocido solista daimieleño
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