Su presidente, Jesús Cantarero, indicaba que la actuación de la destilería, paralizando la actividad durante 35 días, ha servido para evitar contagios entre los trabajadores. Confirma que su producción, ligada a la cosecha de uva, y como consecuencia, los puestos de trabajo, no sufrirían recortes en la campaña que ahora empieza. En estos momentos, Alvinesa cuenta con cerca de 130 empleados, chóferes incluidos.
Daimiel Noticias. – El presidente de Alvinesa, Jesús Cantarero, ha señalado que está siguiendo con “preocupación y tristeza” las consecuencias de la pandemia provocada por el coronavirus, pero también con la tranquilidad de que las medidas adoptadas en la destilería han evitado contagios entre sus trabajadores. “Hemos tenido la suerte de parar 35 días, está todo el mundo bien y sin problemas de salud”, resumía.
Cantarero explicaba que este pasado martes ya se incorporado “prácticamente el 80% de plantilla, y que el resto, a excepción de algún chofer, lo hará el próximo lunes para encarar el grueso de esta campaña hasta el mes de julio. Un total aproximado de 130 empleados, que se reparten al 50% entre fijos y fijos discontinuos, y que tendrán garantizada su continuidad laboral. “Nosotros dependemos de la producción de uva, y visto como viene la cosecha, pensamos que no nos va afectar” la crisis que ya se vislumbra en otros muchos sectores. “No dependemos tanto de los ciclos” expansivos y recesivos la economía española, y, por tanto, “no tendríamos que bajar la actividad o recortar plantilla”.
En este sentido, el presidente de Alvinesa confirmaba que los planes de expansión de la empresa anunciados a principios de año no se van modificar y en otoño se emprenderá la construcción de una planta fotovoltaica por valor de “dos millones de euros”, y después la puesta en marcha de una nueva planta de producción de ingredientes de alto valor añadido derivados de la uva, tales como polifenoles y antocianos.
Junto a estos objetivos empresariales, Alvinesa también se ha sumado durante estas últimas semanas a la ola de solidaridad de particulares y entidades. En su caso, con el reparto de alcohol para la desinfección de centros sanitarios y sociosanitarios. A raíz de una conversación con el sacerdote Luis Eduardo Molina, al que, confesaba Cantarero, le une “una gran amistad”, se decidió que esta era la mejor forma de ayudar. “Pedimos permiso para envasar, algo que no habíamos hecho nunca, y para hacer estas donaciones que han llegado a muchas residencias de la provincia”. Una labor altruista que asimismo se ha hecho visible en Daimiel y en los centros que gestiona Mensajeros de la Paz, debido a la estrecha relación de la familia Cantarero con el Padre Ángel.
Esta semana Alvinesa igualemente ha recibido el permiso para la destilación de vino para alcohol de uso sanitario, que normalmente se venía produciendo desde la remolacha o el maíz. “Hay escasez de este tipo de alcohol a nivel mundial, y ya estamos en disposición de cubrir estas necesidades”, señalaba.
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