El montaje ha quedado prácticamente finalizado esta semana, solo quedan unos últimos retoques, explicaba el maestre organero Abraham Martínez. Reconocía que escucharlo ya afinado despierta una emoción parecida a la paternidad o maternidad. “Es difícil de explicar, es sentir que esa criatura ya no es una ilusión”, comentaba. En las próximas semanas, Pedro Pablo Ruiz Hervás, organista de la catedral de Ciudad Real, se encargará de completar su puesta a punto.