A primera hora un inspector se ha personado en el centro con el objetivo de tomar acta del desarrollo de la jornada. El todavía director del centro, Antonio Martínez, a la espera de saber si la dimisión ha sido aceptada o no, ha expresado que siguen sin tener directrices de cómo actuar ante una situación que condiciona el inicio de curso de 100 alumnos de 2º de E.S.O. que, en algunos casos, no han acudido a su primer día de clase por decisión de sus padres y madres.
Daimiel Noticias. – El instituto Juan D’Opazo afrontaba este lunes una extraña primera jornada lectiva. Los alumnos deberían haber comenzado las clases de manera presencial con normalidad. Pero la situación desatada el viernes a última hora con la dimisión del equipo directivo han marcado una vuelta a las aulas incierta donde aún no se sabe qué ocurrirá con los cursos de 2º de E.S.O. que continúan sin tener una solución a los problemas de ratio y distancia de seguridad.
El que aún es director del centro, Antonio Martínez, a la espera de saber si se acepta la carta de dimisión del equipo directivo, conversaba en la calle poco después de las nueve de la mañana con algunos padres y madres de alumnos que se congregaban a las puertas del centro. Martínez les explicaba la presencia de un inspector de la Consejería para levantar acta de este atípico inicio de curso.
Martínez detalló en declaraciones que el pasado lunes día 7 de septiembre, tras una evaluación de Inspección, se determinaron tres posibles soluciones, dos de las cuales se desecharon por no ser garantes de seguridad: instalar mamparas entre mesas unidas y sin la distancia de seguridad necesaria o realizar obras que paralizarían el funcionamiento normal del resto de los cursos. La tercera posibilidad pasaría por el desdoble de una de las clases 2º de E.S.O., para lo cual el centro necesitaría “un profesor y medio más”, según especificaba el director. “La consejería se cerró en banda alegando que había cupo de sobra”, ha precisado el docente, lo que llevó a la directiva a presentar su dimisión formal a finales de la semana pasada tras llegar a la conclusión de que la negociación era inviable.
Según Antonio Martínez, el inspector ha dado una directriz provisional para los primeros días mientras la situación se normaliza. Ésta consiste en sacar fuera del aula dos pupitres si todos los alumnos acuden a clase, y de esa manera, permitir el metro y medio entre mesas. Igualmente, el nivel de PMAR (Programa de Mejora del Aprendizaje y Rendimiento), que normalmente se mezcla con otros cursos, tendrá que quedar aislado hasta que haya una decisión definitiva. No obstante, Martínez ha expresado que se trata sólo de “una medida provisional” y que "no asegura nada".
Éste también ha querido pronunciarse ante los datos que la Consejera de Educación, Rosa Ana Rodríguez, ha ofrecido esta mañana en el programa Más de Uno, de Carlos Alsina en Onda Cero: “No tenemos 66 profesores, tenemos menos de 60. Y no son 328 alumnos, sino 505; no están contemplando el curso de PMAR”, ha manifestado el director.
Entre tanto, algunos de los padres y madres afectados por esta situación se han movilizado y tomado la decisión de no llevar a sus hijos e hijas al centro, ya que “frente al derecho a la educación está el derecho a la sanidad”, han apuntado. Algunas de las madres reunidas frente a las puertas del instituto esta mañana aseguraban que no saben qué va a ocurrir pero que “no pueden pedirles que lleven al aula a sus hijos e hijas cuando saben que no son clases seguras ni cumplen con las medidas de distanciamiento necesarias”.
Según se ha trasladado desde el centro, la Consejería deberá manifestarse en un plazo de 48 horas con la resolución a un conflicto que mantiene a un centenar de alumnos en la incertidumbre de saber si deben acudir a clase o no.
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