Aprovechando el traslado de la Patrona de Daimiel desde la iglesia de San Pedro a la de Santa María, donde permanecerá de cara a los festejos que se celebran en su honor el día el día 1 de septiembre, la hermandad Virgen de las Cruces organizó una eucarística para recordar a los fallecidos durante la pandemia por coronavirus. La misa se celebró en la Plaza de España el pasado sábado con una numerosa asistencia, entre ella buena parte de la Corporación Municipal que preside el alcalde, Leopoldo Sierra.
Daimiel Noticias. – La Patrona de Daimiel fue trasladada en la tarde del sábado de la iglesia de San Pedro a la de Santa María donde permanecerá de cara a los festejos que celebran en su honor el día 1 de septiembre.
Puntualmente, a las 20:00 horas y portada a hombros se iniciaba el traslado de la imagen desde la Iglesia de San Pedro en un acto procesional, a la que le precedían los estandartes de las diferentes hermandades de la localidad y que custodiaron los sones de la Banda Municipal de Música y las autoridades con una gran presencia de hermandades e institucional con el alcalde, Leopoldo Sierra, a la cabeza, acompañando al presidente de la hermandad anfitriona, Manuel Vicente López de la Nieta.
A su llegada a la Plaza de España, ‘Las Cruces’ recibió la calurosa bienvenida de una gran multitud de vecinos entre aplausos y vítores en un aforo de sillas completo.
Una vez allí, el trono de ‘La Morenita’ se situó en el escenario donde se inició la ceremonia.
Se realizaba así una lectura que iniciaba la eucaristía “en medio de estos años de pandemia y sufrimiento tan atípicos que estamos viviendo hemos querido reunirnos en el Centro de Daimiel junto a la imagen de nuestra patrona para darle gracias.
“En esta eucaristía -proseguía- queremos tener presentes a todos los fallecidos por la pandemia y a todas las familias que han sufrido la pérdida de algún ser querido y que no pudieron despedirse de él de una manera digna; es como saldar una deuda pendiente con muchos vivos y sobre todo con los difuntos”.
La ceremonia fue oficiada por Luis Eduardo Molina, acompañado en el oficio de la eucaristía por los sacerdotes y padres pasionistas daimieleños.
Tras la ceremonia se realizó el segundo tramo del traslado para su aposento en la iglesia de Santa María, donde la Coral Molto Vivace intervino nuevamente en su recepción, al igual que hiciera en la salida. La Virgen de las Cruces permanecerá en este último templo de cara a los festejos en su honor el 1 de septiembre.
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