La Caravana Blanca reunió a multitud de personas de la tercera edad y discapacitados de los diferentes centros daimieleños, junto a otros mayores, familiares y amigos. Bajo la mirada de la patrona, la Virgen de las Cruces, y con la iglesia de Santa María completamente llena, el párroco, Valentín Rojas, abogó por “mirar hacia el futuro con la fe y esperanza siempre presentes”. La cita culminó con un chocolate con churros en el Parterre para los asistentes.
Daimiel Noticias. - La iglesia de Santa María acogió la tarde del miércoles la tradicional Caravana Blanca que se celebra cada año por estas fechas en vísperas del primer día de Feria. Entre los asistentes, la emoción y ganas de ver a la patrona de Daimiel, fueron el denominador común.
Una cita que comenzó desde las 17:00 horas con el traslado de multitud de mayores y enfermos de las residencias daimieleñas y de casas particulares, para lo que fueron necesarios varios vehículos que posibilitaron el encuentro en el templo daimieleño.
Como cada año, la colaboración de voluntarios de Cruz Roja, Protección Civil y Cáritas fue fundamental en un 2023 en el que “ha habido más afluencia de gente, con una iglesia completamente llena”. Así lo indicaba uno de los participantes, Julián, quien lleva participando once años con Cruz Roja en este evento.
Una vez reunidos en el punto de encuentro, comenzó la eucaristía oficiada por el sacerdote Valentín Sánchez Rojas y organizada por la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes, al son de la canción “Caravana Blanca” entonada por el coro.
El párroco abogó por “mirar hacia adelante con la fe y esperanza muy presente para afrontar los días más complicados”.
El alcalde, Leopoldo Sierra, junto a otros miembros de la Corporación Municipal se unieron a este evento de convivencias. El primer edil valoró la gran dedicación de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes, organizadora del acto, con el objetivo de unir a los mayores en torno a la Virgen de las Cruces. Destacó que se trata de “un momento de unión muy agradable que todos viven ilusionados”. Además, puso en valor el trabajo de los cuidadores de las residencias y también, de todos los colectivos y asociaciones colaboradoras.
Una vez finalizada la misa, se sirvió un aperitivo y chocolate con churros en el Parterre para todos los presentes.
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