Aunque en la Semana Santa se ha percibido mayor movimiento que en las últimas semanas, su presidente, Jesús María Pozuelo, ve el horizonte “muy oscuro” tras dos años donde el sector turístico arrastra una mala situación económica e hídrica en la zona, con una pandemia de por medio y unas circunstancias que se acentúan debido a las restricciones perimetrales y a la delicada situación del Parque Nacional con apenas 330 hectáreas encharcadas.
Daimiel Noticias. – La asociación turística Tablas de Daimiel ha confirmado un mayor movimiento en la Semana Santa de la ‘nueva normalidad’. Sin embargo, sigue existiendo “incertidumbre” de cara a un futuro a corto y medio plazo. De hecho, en estas fechas el registro es de un 50% de ocupación hotelera y descienden hast un 30% en el caso de empresas de turismo activo que trabajan en el propio Parque Nacional. Son datos proporcionados este martes por el presidente de la asociación, Jesús Pozuelo, quien reconoce que las posibilidades de visitantes se han visto reducidas proporcionalmente a las restricciones perimetrales donde “entre todos los destinos de la región tenemos que repartirnos al turista de Castilla-La Mancha”. En el caso de Daimiel, el perfil corresponde a familias y núcleos de convivencia, procedentes principalmente de Guadalajara.
Los interrogantes primeros que surgen en torno al turista se ciñen a las medidas sanitarias motivadas por la Covid. Pozuelo, que refresca que los grupos no han de superar las 10 personas (incluido el guía), lamenta la falta de definición de la norma respecto a las casas rurales.
La esperanza de Pozuelo es que “se pueda salvar algo” en los meses previos al verano, ya que cuando se recupere la movilidad absoluta y la gente pueda viajar a otros destinos “nosotros estaremos los últimos de la fila”, pronostica. Unas circunstancias que además se agravan por las 330 hectáreas encharcadas del Parque Nacional. “Eso nos va a afectar gravemente”, intuye. Y es que, con ese 18% de nivel de inundaciones en Las Tablas de Daimiel, además de resultar “insuficiente”, no se cumple con la legislación vigente que contempla un mínimo de 600 hectáreas de agua, confirma.
La solución pasaría por un trasvase, pero, certifica Pozuelo, “ya llegamos tarde para los valores ambientales del ecosistema”. Este escenario hace que el pesimismo gane terreno a un sector turístico daimieleño ya adolecido de la pandemia que vuelve a importar la problemática de escasez hídrica en este Parque manchego sobre el que callan las administraciones regionales y estatales competentes en la materia, comenta. A partir de ahí Jesús Pozuelo se ha mostrado tajante: “Esperanzas muy pocas, ilusiones muy pocas y no sabemos en qué va acabar el sector turístico. Es un futuro muy negro que arrastramos desde 2019”. La llamada al S.O.S es más que evidente.
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