El colorido, la composición y las diferencias entre los distintos trajes que lucieron las agrupaciones participantes fueron el principal atractivo de las actuaciones que tuvieron lugar en la Plaza de España.
Daimiel Noticias.– El Festival Nacional de Folklore ‘Ciudad de Daimiel’ volvió un año más a la Plaza de España. Después de un pasacalle desde la estación de autobuses hasta el Ayuntamiento de Daimiel, comenzó una noche donde la tradición se reflejó a través de la música, el baile y, sobre todo, de las distintas indumentarias de cada grupo.
En la recepción oficial celebrada en el Salón de Plenos, el alcalde, Leopoldo Sierra, agradeció a los miembros de la Asociación Folklórica Virgen de las Cruces “su dedicación por mantener vivas las tradiciones y las costumbres de un pueblo”. Su presidente, Juan Caro, devolvió los agradecimientos al equipo de Gobierno por “estar ahí siempre que os hemos necesitado y apoyarnos”, y aprovechó para subrayar antes de las actuaciones la “calidad y profesionalidad de todas ellas; igual de buenas o mejores que en las pasadas ediciones”.
Tras este acto, los anfitriones, la Asociación Cultural Folklórica ‘Sabor Añejo’ de Montehermoso (Cáceres) y el Grupo de Coros y Danzas ‘Siete Coronas’ de Puente Tocinos (Murcia) ofrecieron al público daimieleño una velada donde cada uno de ellos compartió la personalidad de la cultura popular de sus lugares de origen.
Por un lado, la agrupación local ‘Virgen de las Cruces’ fue la encargada de abrir y cerrar el festival. Expuso un repertorio que, como es habitual, representó los valores y las tradiciones castellano-manchegas. ‘El fandango de las Tablas’, ‘Rondeña de Daimiel’ o la ‘Jota a la Virgen de las Cruces’ fueron algunos de los temas interpretaron. Lucieron los ropajes de gala o “de bonito”. Ellas: pañoleta blanca y mantón de pisto sobre camisa de terciopelo negra, falda de rayas, enaguas, pololos y coloridas medias. Ellos, con apariencia más austera: pantalón recto y chaleco negro sobre camisa blanca, resaltando el fajín bordado sobre sus cinturas.
Seguidamente, la formación cacereña ‘Sabor añejo’ subió al escenario. Las montehermoseñas cautivaron al público con sus “gorras de espejos”, un complemento icónico, llamativo por su colorido, considerado de los más bellos entre todos los que se pueden encontrar dentro del panorama folklórico nacional. Vistiendo también el traje de gala, ellas lucieron vestidos negros con mantillas, medias azules con enaguas y pololos. En la parte alta, una prenda denominada “faltriquera”, la vestían cruzada y con telares rojos bordados. La vestimenta de gala de los hombres se componía de sombrero, camisa de lino, chaleco con botones de filigrana, faja, calzón de alzapón y calcetas. Su música hizo referencia a figuras de la cotidianidad antigua como se reflejó en el tema del ‘Afilaor’. También cantaron a las viejas vivencias con ‘El Pollo’ o a las emociones con ‘A la mar que te vayas’.
A continuación, fue el turno al Grupo de Coros y Danzas ‘Siete Coronas’. Entonaron malagueñas, parrandas y alguna jota, destacando ‘Encarnación’, ‘Parrandas del Campo’ o la ‘Malagueña Gitana’. Su tradición huertana se vio plasmada tanto en su música como en sus indumentarias. Los miembros masculinos vestían traje de labor, con esparteñas de carretero como calzado, medias de color, zaragüel y chaleco estampado sobre camisa blanca. Las mujeres, ataviadas con corpiño, blusa, delantal, faldas con bordados florales negros y pedrería, enaguas y medias blancas de ganchillo.
De este modo, se completaba la 26ª edición del Festival Nacional de Folklore “Ciudad de Daimiel”, reafirmando de nuevo el interés del público local por reencontrarse con la cultura popular más cercana y por conocer la de otros puntos del país, con sus semejanzas y diferencias.
Antes de finalizar, Jesús Camacho, como portavoz de la Asociación Folklórica “Virgen de las Cruces”, recordó a los asistentes que la Escuela Local de Folklore va a incorporar a su oferta formativa para el próximo curso el taller de ‘Confección de Trajes Regionales’, con motivo del 25º aniversario de la escuela. Una novedosa propuesta que, como Camacho subrayó, “contribuirá a mantener la tradición”.
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