Patrimonio religioso
Iglesia de la Paz
Daimiel cuenta con buenos ejemplos de arquitectura conventual. La iglesia de la Paz, que tenía anejo el convento, perteneció en un primer momento a los Carmelitas descalzos para luego pasas a las monjas Carmelitas descalzas. Su primera construcción se fecha hacia el año 1507, pero luego fue reformada en época barroca.
La fachada sigue el esquema típico de este tipo de arquitectura conventual del siglo XVII. Su fachada rectangular consta de puerta adintelada, sobre ella el escudo de la orden y sobre éste una ventana que ilumina el coro. Se remata el conjunto con un frontón triangular con óculo.
En el interior la planta es de cruz latina sin capillas laterales, el crucero se cubre con cúpula. Aquí encontramos la escultura de Jesús Nazareno, perteneciente a la cofradía del mismo nombre que desfila en la Semana Santa Daimieleña, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.
Iglesia del Convento de las Monjas Mínimas
El convento de Mínimas de San Francisco de Paula se fundó en 1627 por María de Almansa en la antigua ermita de la Trinidad. Hoy día se conserva todo el conjunto conventual, del que destacamos la iglesia, realizada a partir de 1670.
En planta presenta el esquema tipo de arquitectura conventual del momento, fachada rectangular remarcada por dos pilastras, puerta adintelada y sobre ella una hornacina con la imagen de la Virgen y el Niño en piedra. En la parte superior se abre una ventana para la iluminación del coro con escudos a ambos lados y remata todo el conjunto un frontón triangular con óculo.
Al interior, la iglesia es de planta de cruz latina de una sola nave, bóveda de cañón con lunetos y cúpula en el crucero.
Ocupando gran parte de la manzana, y junto a al iglesia se encuentra el convento de las madres Mínimas de San Francisco de Paula, convirtiéndose en el único convento de esta orden en toda Castilla La Mancha y que aunque con distintas reformas, todavía guarda la estructura y elementos de la fundación original.
Ermita de San Roque
Fue construida en la segunda mitad del siglo XVI. Al igual que otras construcciones de carácter religioso en Daimiel, la ermita de San Roque guarda mucha relación con la arquitectura tradicional. Es de pequeñas dimensiones, y en ella destacamos el artesonado de madera que cubre la única nave, siendo de formas geométricas sobre el altar mayor.
Ermita de San Isidro.
Su construcción data del siglo XVII y era conocida como ermita del “Ecce Homo”. Esta ermita responde al canon de arquitectura tradicional de la zona. Para su edificación se solicitó licencia en el año 1635. La planta es de cruz latina y tiene una pequeña cúpula sobre pechinas. En el altar se encuentran las imágenes de San Isidro y Santa María de la Cabeza.
Ermita del Cristo de la Luz.
Su construcción se inicia en el año 1738, cuando el sacerdote daimieleño don Dionisio de Montealegre consiguió una autorización del Arzobispo de Toledo, don Luis de Borbón, para edificar un santuario y mediante limosnas y ofertorios se reunió el dinero suficiente para el inicio de las obras.
Las características arquitectónicas siguen los mismos parámetros que el resto de iglesias barrocas de la localidad. En el interior destaca el retablo en el altar mayor obra del tallista daimieleño Pedro López Villaseñor, de mediados del siglo XVIII
En el año 1907 se funda la Congregación de la Pasión de Jesús, también llamados Padres Pasionistas. Es en esta fecha cuando se levanta el convento anejo donde, en la actualidad, residen los Padres Pasionistas.
Santuario Virgen de las Cruces
Esta localizado a 12 km de la población. La iglesia actual presenta un aspecto fruto de su transformación en época barroca, a pesar de que su origen era medieval. La construcción de la primitiva iglesia fue debida a las autoridades de Daimiel y la Orden de Calatrava. En la edificación actual se elevaron los muros, se construyó un corrido tapial para la bóveda y se hizo la cúpula.
Este santuario acoge a la patrona de Daimiel, la virgen de las Cruces, una talla del siglo XIV por la que la población daimieleña siente gran devoción.
Desde el siglo XVIII y hasta nuestros días, el santuario consta de la iglesia y junto a ella un amplio patio con arcos de ladrillo de medio punto que sostienen los corredores, éstos asoman al patio entre pies derechos y balaustrada, dando paso a las distintas habitaciones de la planta alta que, junto con las de la planta baja, son alquiladas por los romeros.
En el santuario se celebran las romerías en honor a la Virgen de las Cruces, congregando cada una ellas a un importante número de asistentes.