El pediatra daimieleño hilvanó, a través de pequeñas historias, el sentimiento que Daimiel vive en estos días y que ayuda, dijo, a aliviar la soledad, el dolor o la muerte, tan presentes durante estos dos últimos años. Un canto a la esperanza que emocionó al publicó que llenó la parroquia de Santa María y que le tributó una atronadora, sentida y larga ovación final.