Miles de daimieleños, entre las gradas y la pista de atletismo del Estadio Municipal, rugieron con el último cohete de un despliegue de láseres, lanzallamas y 60 kilos de pólvora que entusiasmó a los asistentes. Fue el cierre a un desfile inaugural muy manchego que incluyó el deseo de pasar “unos días inolvidables”, como expresó el alcalde, Leopoldo Sierra, desde el balcón del Ayuntamiento.