Algunos de los centros formativos consultados abren sus puertas para las clases presenciales con limitación de aforo, otros solo para solventar el ámbito administrativo y la atención personalizada. Prácticamente todos analizan las posibilidades del inminente verano, condicionado por un coronavirus que deja restricciones y muchas dudas en el aire a falta de concretar por las autoridades sanitarias. Lo único que parece estar claro es un impulso, quizá definitivo, hacia las enseñanzas on line.