Apenas unos días para despedir el curso 2019/2020 en los colegios dentro de una temporada marcada en último trimestre por la pandemia del coronavirus. La Covid-19 ha impedido las celebraciones propias de estas fechas. Un adiós agridulce, sobre todo para los alumnos que cambian de ciclo, y al que los centros educativos de la localidad se han adaptado con distintas propuestas.
Daimiel Noticias. - Esta semana finalizan las clases lectivas de un curso atípico marcado por la pandemia de Covid-19. Los alumnos y alumnas de la localidad fueron de los primeros colectivos que vieron cambiado drásticamente el día a día de sus clases. Una situación inédita que, de la previsión inicial de dos o tres semanas, se ha prolongado hasta final de curso, evitando las celebraciones propias de estas fechas. Un final agridulce, sobre todo para los alumnos que cambian de ciclo, al que los centros educativos han tenido que adaptarse con distintas propuestas.
Algunos, como el colegio Albuera, directamente han optado por aplazar a septiembre la celebración de las fiestas de graduación de Infantil y Primaria, al igual que ocurre en La Espinosa. Su director, Pablo Yepes, espera poder darles a sus alumnos de sexto “la despedida que se merecen”. Por su parte, en Calatrava y San Isidro el fin de curso será virtual, a través de vídeos elaborados por profesores y alumnos. En el Infante don Felipe y Las Pastoras, el alumnado que cambian de ciclo podrá volver a sus clases, uno por uno, para recoger su diploma, como explicaba el director del centro, Miguel Ángel Martínez.
Finaliza así, “con esta situación extraña”, un curso que ha exigido de un gran esfuerzo para toda la comunidad escolar. Un auténtico desafío para familias y profesores que, como indicó el director de Albuera, Antonio Ruiz de la Hermosa, han tenido que ejercer su labor sin horarios y con no pocas complicaciones. Ha sido “duro y difícil”, zanjó, pero “se ha conseguido salir delante de la forma que se ha creído más adecuada, dadas las circunstancias”, explicaba mientras valoraba la implicación de todo el profesorado.
Por su parte, el director del colegio Calatrava, Juan Luis Tenreiro, considera que el contexto del estado de alarma ha servido para detectar carencias sobre las que actuar de cara al comienzo del siguiente curso. Un punto en el que coincide la directora pedagógica del Divina Pastora, Dulce María Pinilla, quien considera que en caso de que se tuviera que volver al confinamiento, “estaremos más preparados para afrontar la situación”.
De cara a septiembre, la incertidumbre marca la tónica general. En el San Isidro, por ejemplo, coincidirá con el estreno del último edificio que quedaba pendiente de remozar (el central que sirve de nexo de unión entre ciclos) junto con el pavimiento y pistas cuyas mejoras prácticamente están acabadas. Curiosamente, la tercera fase de las obras ha coincidido con la de la desescalada.
En cualquier caso, todos coinciden en que, si definitivamente se vuelven a las clases presenciales, se guardarán todas las medidas de seguridad y las indicaciones de las autoridades sanitarias, como asegura la directora de esta última escuela, Rocío López.
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