El inicio del próximo curso escolar es una incógnita para familias y docentes. “Oficialmente no tenemos nada. Tampoco de lo que tendremos que hacer en la fase 3, así que menos en septiembre”, resume la directora del IES Ojos del Guadiana, Edith Bedín. Desde la entrada en fase 2, el instituto recibe a alumnos de 2º Bachillerato que preparan la EvAU. Lo hacen en grupos de diez como máximo.
Daimiel Noticias. - El inicio del próximo curso escolar sigue siendo la gran incógnita en esta desescalada a una normalidad que no será tal si los colegios e institutos no tienen claro qué pasará en sus centros después del verano. “Oficialmente no tenemos nada, pero tampoco de lo que tendremos que hacer en la fase 3, así que menos en septiembre”, resume la directora del IES Ojos del Guadiana, Edith Bedín. La única certeza es la incertidumbre. “Sabemos que ya hay un calendario y que los sindicatos están en negociaciones, pero del desarrollo de las clases presenciales no hay nada”.
Y ese es el gato al que todavía no se lo pone cascabel, y el que trae de cabeza a toda la comunidad educativa, en especial a las familias que necesitan conciliar su trabajo con la educación de sus hijos. Bedín supone que habrá “una reducción de ratios”, pero sin una concreción de los recursos humanos necesarios o de la organización de la actividad de los centros, no deja de ser una posibilidad abierta a muchas interpretaciones.
La directora de este instituto intuye que “las partidas para la limpieza del centro que ya hemos recibido” en la pequeña reapertura de estas últimas semanas de curso se reforzarán de cara al siguiente, con lo que el abastecimiento de geles estará garantizado. Pero poco más. Muchas dudas que, reconoce, son más acuciantes resolver para los colegios y para las familias que tienen hijos en Infantil y Primaria. “Nuestro alumnado es más autónomo, pero los niños necesitan que los acompañe un adulto, que tengan un apoyo para las tareas. No pueden estar solos una mañana”, subraya.
A la espera de las instrucciones oficiales, el equipo directivo del Ojos del Guadiana ha elaborado una encuesta para evaluar el desarrollo de estos tres meses de teleducación. Un formulario que completarán alumnos y padres y que servirá para saber los puntos fuertes y débiles de unos métodos de trabajo que han venido, probablemente, para quedarse. Sin tener todavía las respuestas, Bedín cree que la unificación de los procedimientos y de las plataformas usadas por los profesores será una demanda importante. “Tenemos que tener unos puntos en común en todas las asignaturas y en todas las etapas”, indica.
No obstante, Bedín ha valorado el reciclaje contrarreloj que muchos docentes se han visto obligados a realizar en poco tiempo. Sobre todo, aquellos que “por edad o por conocimiento” vivían alejados de las TIC y “se han puesto las pilas” en esta pandemia, destacaba.
Ese equilibrio entre la enseñanza tradicional y la digital será el reto del próximo curso, aunque desde la entrada en la fase 2, el bullicio, a pequeña escala, ha vuelto al instituto.
Los alumnos que a principios de julio afrontarán la EBAU, la antigua selectividad, pueden acudir a clase para reforzar las materias que deseen. Para ello, tiene que notificar 48 horas antes la asignatura o asignaturas en cuestión. El centro ha elaborado unos horarios nuevos y organiza a los alumnos en grupos de 10 como máximo. En el caso de que la demanda sea superior, se hacen dos turnos. Además, la limpieza de las aulas y de las zonas comunes se ha reforzado para garantizar la desinfección. Hasta ahora la mayor demanda la han tenido en Matemáticas, Física, Química, Dibujo Técnico o Lengua, “las que tienen una carga más práctica”, explica Bedín.
Ella igualmente ha dado estos días clases de francés donde, reconocía, la adquisición de competencias puede solventarse con más facilidad a través de herramientas digitales. A la par ha observado que los alumnos necesitan el contacto humano entre ellos y con sus profesores. “Vienen, ven el ambiente y se van contentos. El estado emocional es fundamental en todas las edades, más aún en la adolescencia”, subraya. Y eso, también se cultiva en las aulas.
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