Sin mascarillas, gel ni distancias, los escolares daimieleños vuelven a las aulas con ilusión, ganas y algo de sueño. Como novedades principales, la desaparición del edificio El Pósito cuyo ciclo de Infantil pasa a localizarse en el colegio la Espinosa y los aseos que estrenan en la planta baja del colegio Infante Don Felipe. Mientras, los alumnos de secundaria comenzarán el curso mañana viernes.
Daimiel Noticias. – Día de ilusión y nervios desde primera hora frente a los colegios daimieleños. En la mañana del jueves y después de 80 días de celebrarse la fiesta de fin de curso, puntuales, los alumnos de Infantil y Primaria se han incorporado a las aulas en un contexto de plena normalidad, tras la complejidad de estos dos últimos años por la pandemia. Sin mascarillas ni restricciones como denominador común en todos los centros educativos, la temporada 2022/2023 arranca con 1.400 alumnos entre las seis escuelas daimieleñas.
Verse las caras, en muchos casos por primera vez, no ha sido la única novedad con la que los centros retomaban su actividad ya que, por ejemplo, la actividad ha desaparecido en el histórico edificio El Pósito. El ciclo de Infantil que albergaba durante décadas se ha integrado en el colegio La Espinosa al que pertenecía. De esta forma, los pequeños ya están ubicados en unas aulas adaptadas para ellos, como ha explicado su director, director Pablo Yepes.
El colegio Calatrava, por su parte, ha tenido un comienzo de curso con el 99% de asistencia tanto por parte del alumnado como del profesorado, que se ha incorporado enmarcados en una notable relajación de los planes de contingencia como novedad más destacable.
Algo en lo que también inciden desde el colegio Infante Don Felipe, que ha retomado el curso con las entradas y salidas de alumnos y profesores por los mismos accesos al centro, previos a la pandemia. Además, como novedad, el centro estrena aseos en la planta baja adaptados para alumnado de Infantil “evitando escaleras y facilitando la accesibilidad de niños y niñas”, como indicaba su director, Miguel Ángel Martínez.
En el colegio Albuera tendrán que esperar de momento para ver convertido en realidad su pabellón, ya que los plazos se retrasan tras quedar desierta la licitación de la obra por 300.000 euros. El proceso se dilata para recalcular costes, lo que origina una incertidumbre que, desde el AMPA, confirman, se quiere despejar mediante una reunión con el delegado provincial de Educación. Una cuestión que confirmaba su director, Antonio Ruiz de la Hermosa, al igual que los datos con los que arranca el centro: 51 alumnos en Infantil y 124 en Primaria. Este jueves se han reencontrado con sus compañeros y profesores tras el merecido descanso de verano, algunos apenas se reconocían después de un periodo obligado de mascarillas.
En el colegio San Isidro se retomaron sus clases con una ansiada normalidad puesto que, en su caso, se encadenaron las obras de remodelación con la pandemia. Ahora, comenta la directora, Rocío Rubio, se podrá disfrutar plenamente de las instalaciones por parte de toda la comunidad educativa. Aquí, son 180 alumnos,19 son nuevos.
De la misma manera, la directora del colegio Divina Pastora hacía especial hincapié en este primer día de clase en las “caras de ilusión de los niños y niñas al reencontrase con sus compañeros y poder abrazarse sin miedo y sin mascarillas” una situación que parecía no llegar pero que hoy se ha hecho realidad en los centros educativos.
Institutos
La rutina se generaliza el viernes en los institutos daimieleños. En el caso del Juan D’Opazo, parte con 527 alumnos y la puesta en marcha de un Aula de Emprendimiento. Mientras, el Ojos del Guadiana, tiene ya todo listo, y arrancará con 460 alumnos repartidos en 23 grupos.
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