Y con “malas perspectivas hasta el final del verano”, según el técnico del Parque Nacional, Manuel Carrasco. En una entrevista en Radio Daimiel, Carrasco ha comentado que la evolución del parque en estos momentos es similar a la del verano pasado, pero con un ritmo de desecación que se ha adelantado “unos 15 días” con respecto al de hace un año.
Daimiel Noticias.– Las Tablas de Daimiel “ya tienen menos de 60 hectáreas inundadas”, según ha confirmado el técnico superior del Parque Nacional, Manuel Carrasco. La zona encharcada corresponde con “la madre del río Guadiana”, pero en el resto del humedal la situación es “bastante dura” y con “malas perspectivas hasta el final del verano”.
En una entrevista en Radio Daimiel, Carrasco ha comentado que esta desecación se ha acelerado con las altas temperaturas que se sufrieron en la reciente ola de calor, donde se han marcado récords históricos “con máximas de 44 y 43,5 grados a la sombra” en dos días consecutivos.
Manuel Carrasco ha señalado que la evolución del parque en estos momentos es similar a la del verano pasado, pero con un ritmo de desecación que se ha adelantado “unos 15 días” con respecto al de hace un año.
Sin embargo, el técnico del parque descartaba que se puedan repetir los incendios subterráneos del otoño 2009 ya que el agua que se ha extraído de los pozos de emergencia “ha humectado toda esa zona de turberas”. Aun así, ha insistido en que la situación es “muy delicada”, y que sería necesario adoptar “una decisión de calado” para revertirla
Sobre las posibles soluciones para corregir estados críticos de encharcamiento, Carrasco se ha remitido a lo que indica el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) de Las Tablas, y que habilita tanto la posibilidad del trasvase desde el Tajo-Segura como la activación de los sondeos de emergencia. Pero antes que eso, el PRUG deja claro “aunque ahora pueda parecer utópico”, que la solución para el parque es “la recuperación estructural de los recursos naturales del Alto Guadiana”, recordaba. “Suena irreal, pero debería ser una meta a la que no se debería renunciar, ya que es lo que originó el humedal que ahora luchamos por conservar”, añadía.
Sobre la inundación de emergencia que se consiguió con la activación de los pozos durante “una semana de mayo”, Carrasco ha subrayado que ha servido para su objetivo: asegurar la cría de pollos de patos colorados en la zona de Cañada Mendoza. Esa lámina de agua permitió sacarlos adelantes “hasta que pudieron volar” a finales de julio. Carrasco ha precisado que “la idea no era una inundación mayoritaria del parque”, sino optimizar “la buena calidad de esa agua” en ese punto.
La contrapartida es que “se deja seco la mayor parte del parque” y eso afecta a la masiega, un icono de la flora de Las Tablas. Las zonas donde aparece “están sin agua ya bastante tiempo” y, si se prolonga esta situación, corren riesgo de desaparecer.
Y eso supondría otro varapalo para uno biocenosis que aún así deja algunas noticias positivas como la cría de una subespecie del escribano palustre. Un ave que solo cuenta con 150 parejas reproductoras en España, 50 de ellas en los masegares de Las Tablas. En ese espacio para la esperanza, Carrasco también destacaba que “el parque ha sido el humedal de España con más crías de porrones pardos”.
Sin embargo, son “solo unas pinceladas” positivas dentro de una situación global sin aportaciones naturales del Gigüela desde hace varios años, del Guadiana desde hace dos, con un acuífero en retroceso y con un verano con récords históricos de calor.
Ecologistas
Por otro lado, los ecologistas se han mostrado en contra de un trasvase de agua al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y consideran que la solución a los problemas que tiene este espacio natural es disminuir de manera importante los regadíos agrícolas de la zona para que no se siga sobreexplotando los acuíferos.
Así lo ha asegurado Miguel Ángel Hernández, miembro de Ecologistas en Acción de Castilla-La Mancha que, en declaraciones a Onda Cero Ciudad Real, ha asegurado que el problema de las Tablas de Daimiel “se llama egoísmo, es decir, no querer asumir la responsabilidad sobre la gestión de los propios recursos de la zona y buscar la solución fuera, como por ejemplo un trasvase”.
El bombeo de agua desde los pozos de emergencia, dice Miguel Ángel Hernández, “es solo una solución cosmética para las Tablas, pero tampoco soluciona el problema”.
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