El centro educativo está encarando la recta final de su reforma casi integral. La ausencia de alumnado ha contribuido a rematar las obras con menos inconvenientes aunque la obra estuvo inactiva dos semanas debido a la “hibernación” de primeros de abril durante el estado de alarma decretado por el coronavirus. La directiva y la jefatura de estudios, principalmente, han comenzado a trasladar el material a las remozadas dependencias.
Daimiel Noticias.- Ya se atisba el final de las obras de reforma del colegio San Isidro, en plena ausencia de alumnado debido al estado de alarma decretado por el Gobierno de España ante la pandemia generada por el covid-19. Una vez superada la inactividad durante las dos semanas preceptivas por la “hibernación” del sector de la construcción, el edificio central en el que se focaliza la metamorfosis, empieza a tomar forma definitiva. Esta zona que vertebra toda la instalación, albergará a los alumnos de Sexto de Educación Primaria, acoge el aula de enseñanzas de Valores, un amplio aulario, una galería repleta de generosos ventanales, la biblioteca, aula de música, las dependencias del claustro de profesores, jefatura, conserjería y alguna clase más para grupos reducidos de AL (Audición y Lenguaje) y PT (Pedagogía Terapeútica), junto con aseos. Apenas tiene que ver con el vetusto edificio de hace unos meses, salvo que seguirá sumando cursos a sus 85 años de historia.
La instalación aun se encuentra a falta de refinar y ser desempolvada. No obstante, los obreros todavía siguen finiquitando los trabajos para los que fueron encomendados. Entre tanto, el equipo directivo de la escuela daimieleña y algunos profesores utilizan el “permiso especial” de estos días para dirigirse a la escuela y bregar con el inconveniente del traslado de equipamiento (de momento con las mesas y sillas que ya albergaba) y del material propiamente docente desalojando así los barracones donde estaban ubicados los despachos de dirección, orientadora, aula de AL y aula de PT.
Se alcanza así la tercera fase con la reforma de la parte más antigua, tras haberse acometido la construcción del edificio de Educación Infantil y Educación Especial y una segunda donde se ubican las seis aulas de Educación Primaria. A falta de un pabellón cubierto para las clases de educación física, “la reforma del centro ha quedado muy bien, cumple las expectativas de toda la comunidad educativa, tiene dos salas de psicomotricidad, y es una instalación totalmente accesible que además cuenta con ascensor, al tiempo que conserva su esencia y la identidad de edificio antiguo por su iluminación y amplitud”, observa la directora del colegio, Rocío Rubio, mientras recorre el inmueble. La profesora también destaca la colaboración del Ayuntamiento en ese proceso de mudanza y traslado. “Una gran ayuda en tiempos de pandemia”, agradece.
La entrega de llaves está prevista en junio o, en su defecto, para el próximo curso 2020/2021 que se iniciará en septiembre con acceso a todos los espacios. Entre tanto, por delante quedan rematar los exteriores, pintar la pista, asfaltar la zona de entrada desde calle Estación a la infraestructura.
Es lo más cierto que estos días se conoce respecto a la educación de los niños y niñas del colegio San Isidro. Mientras, padres y madres y profesores seguirán inmersos en tareas, trabajos, blogs y clases on line de un extraño trimestre educativo desarrollado en pleno confinamiento, con plataforma Papás 2.0 de por medio, y con el que finalizará un curso del que se valorará el trabajo del alumno junto a su trayectoria precedente en la primera y segunda evaluación. De su vuelta a las clases y al recreo, es toda una incógnita.
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