Un año después de su cierre debido a la pandemia, el Centro Ocupacional Azuer ha vuelto a abrir sus puertas esta semana. La concejal de Servicios Sociales, Alicia Loro, se interesó este jueves por la puesta en marcha de un centro cuya reactivación ha supuesto una satisfacción tanto para la propia edil como para usuarios y equipo de profesionales que integran el organigrama de trabajo.
Daimiel Noticias. - Un año después de su cierre debido a la pandemia, el centro ocupacional Azuer ha reabierto sus puertas esta semana. La concejal de Servicios Sociales, Alicia Loro, se interesó este jueves por la puesta en marcha de un centro cuya reactivación ha supuesto una satisfacción compartida entre la propia edil, los usuarios y el equipo de profesionales que integran el organigrama de trabajo. Loro visitó la instalación y aprovechó el momento para valorar la provechosa tarea que se realiza a todos los niveles, especialmente con los usuarios, quienes a su vez han evidenciado la concienciación que han asimilado en tiempos de pandemia. Una postura que recalcaba con la esperanza de que la apertura de este centro sea un punto de partida a corto plazo para el resto de centros sociosanitarios de la localidad.
La directora del Azuer, Ángela Domenech, se manifestó en los mismos términos de júbilo por retomar la actividad presencial y las rutinas diarias aparcando el trabajo telemático que se venía desempeñando en los últimos meses con alguna salida excepcional. “Para ellos, igual que para nosotros, ha sido un año duro”, precisó.
La apertura del centro es el final de un proceso complicado en el que se ha tenido que modificar la manera de entender su día a día adaptándolo a las nuevas circunstancias, desde el transporte hasta el trabajo en las aulas y talleres. Una operativa que queda recogida en un plan de contingencia con el que se cumple toda la normativa correspondiente para recibir finalmente la autorización de apertura por parte del SESCAM. Además, a todo el personal y los usuarios, se les ha hecho pruebas PCR con resultado negativo.
Siguiendo la regulación, el centro ocupacional queda con un aforo máximo permitido del 50%. Una condición que no ha impedido incorporarse “a todos los usuarios que así lo han deseado”. Para garantizar la seguridad, se han establecido grupos burbuja, tanto en el transporte como en las aulas y talleres, además, de entradas y salidas distintas, con diferentes horarios, y en días alternos. Doménech ha agradecido a las familias su colaboración en este complicado trabajo de coordinación.
Todos los servicios, salvo el de comedor, se han retomado, incorporando además un refuerzo en el de limpieza. En cuanto al centro de día, la normativa es distinta y funciona actualmente como una clínica rehabilitadora, con una ratio de un profesional por cada usuario.
Por último, la directora ha tenido unas palabras de recuerdo para Elena, una de las usuarias del centro, que ha fallecido recientemente.
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