Desde la Asociación de Astronomía de Daimiel (ADA), en su labor divulgadora de esta ciencia, informan sobre cómo observar esta lluvia de meteoros habitual cada mes de agosto. Este año no se podrá ver el máximo, ya que está previsto para este 12 de agosto a las 15:13 horas (hora peninsular). Sin embargo, durante la noche y hasta el 24 de agosto se podrá disfrutar de las también conocidas lágrimas de San Lorenzo.
Daimiel Noticias / ADA.- Desde la Asociación de Astronomía de Daimiel (ADA), en su labor divulgadora de esta ciencia, informan sobre cómo observar esta lluvia de meteoros habitual cada mes de agosto. Este año no se podrá ver el máximo, ya que está previsto para este 12 de agosto a las 15:13 horas (hora peninsular). Sin embargo, durante la noche y hasta el 24 de agosto se podrá disfrutar de las también conocidas lágrimas de San Lorenzo.
En este sentido, desde ADA recordaban que este año no se organizará la habitual quedada a la que acuden cientos de personas, ya que esta asociación ha suspendido todas las observaciones colectivas. Como alternativa, recomiendan hacerlo de manera individual o en familia, para lo que tan solo es necesario acudir a un lugar oscuro y alejado para su mejor visualización.
Sobre las perseidas y su origen, la Asociación de Astronomía apunta que, en general, “las estrellas fugaces son partículas con tamaños que van desde unas pocas micras —o milésimas de milímetro— a unas decenas de metros. Estas partículas son denominadas meteoroides cuando vagan por el espacio, meteoros cuando son visibles por ionizar el aire a su alrededor al caer por la atmósfera y meteoritos si logran llegar a tierra lo suficientemente enteras. Si bien existen algunos meteoroides esporádicos, perdidos en mitad del universo hasta que los atropellamos con nuestro planeta, la mayoría se agrupan en enjambres que provienen de un cometa”.
A grandes rasgos, y para entenderlo de forma sencilla, como indican desde ADA, “alrededor del cometa aparece una cabellera de partículas y de gases, y es esa cola de partículas la que nos interesa. Toda esa grava se aleja no demasiado del cometa, esto es, adquiere una órbita muy parecida al propio cometa. Y, ya libres, se transforman en meteoroides”.
Por último, recuerdan la manera de observar las perseidas. El radiante, o punto del que parecen venir, se sitúa en la constelación de Perseo, que, en estas fechas a la hora de anochecer, está muy cercano al horizonte noreste —conforme se mira a la salida del Sol, o al lado contrario de la puesta, algo hacia la izquierda—. “Sentémonos o tumbémonos cómodamente mirando hacia tal punto, después miremos al cielo hasta que veamos una, dos o varias docenas de pequeños rasgones en el firmamento encima de nosotros”.
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