Ramón Rodríguez-Barbero, tesorero de la Comisión Local de Pastos, no puede precisar cuánto tiempo podrán aguantar con esta situación que les impide mandar corderos a los cebaderos. También ha mandado un mensaje de tranquilidad a los consumidores porque la enfermedad no se trasmite a los humanos. “Se puede comer cordero igual que antes, sin ningún problema”, remarcaba.
Daimiel Noticias. – Las explotaciones ganaderas de la localidad no se han visto afectadas hasta ahora por el brote de viruela ovina y caprina que ha restringido totalmente la salida y entrada de estos animales en las provincias de Ciudad Real, Albacete, Cuenca y Toledo, a excepción de que vayan directamente al matadero.
La medida adoptada por la Dirección General de Agricultura y Ganadería de Castilla-La Mancha se puso en vigor el pasado martes tras la aparición de nuevos focos, el último, ya oficial, en una explotación en Alcázar de San Juan.
En Daimiel, esto ha supuesto la inmovilización de más de 10.000 cabezas que pueden seguir pastando, pero que no pueden moverse de una explotación a otra ni, en el caso de los corderos, llevarse a los cebaderos para su engorde.
Ante esta situación, el pastor daimieleño, Ramón Rodríguez-Barbero, tesorero de la Comisión Local de Pastos, ha mandado un mensaje de tranquilidad a los consumidores porque esta enfermedad no se trasmite a los humanos. “Se puede comer cordero igual que antes, sin ningún problema”, remarcaba.
No obstante, esta medida “demasiado drástica”, a juicio de Rodríguez de Barbero, ya está golpeando la maltrecha viabilidad de este sector. La consecuencia más inmediata es que “los corderos, que tienen doce o trece kilos, no los podemos llevar a los cebaderos, y tenemos que mantenerlos con la leche de las ovejas”.
Esa leche es precisamente la que supone la base de su negocio ya que “la carne de cordero no esta tan rentable”. De este modo, y como ya le ha sucedido a él esta semana, tiene que elegir entre seguir alimentado a los corderos con esa leche o separarlos de las ovejas y darles unos piensos que en el último año se han encarecido un 50%. “A lo que más se le saca es la leche, y por eso ahora tendré que apartar esos corderos y ponerlos con pienso. Es un trabajo y un gasto añadido”, explica.
Rodríguez-Barbero cree que ha habido poco diálogo con los profesionales y que, aunque “hay compensaciones cuando se sacrifican y dicen que también habrá otras ayudas”, la administración regional no estaría haciendo lo suficiente para asegurar la continuidad de explotaciones como la suya. “Ellos dicen que no quieren que se pierda la raza manchega, pero hacen muy poco, figurar”, concluye.
A sus 57 años lleva más de 40 dedicado a sus ovejas, y observa con tristeza como cada vez que se jubila un compañero se cierra una explotación. En la actualidad, los ganaderos ovinos daimieleños no superarán la decena y no puede confirmar lo que aguantarán. “El futuro está mal. No hay relevo generacional y es que esto es inviable ahora mismo”, señala.
Para poder cambiar esa tendencia y asegurar la continuidad de este sector habría que tener “más ayudas y menos burocracia”, añade. Pero a corto plazo no encuentra motivos para la esperanza. De hecho, señala que este año la ayuda que él recibirá por la PAC será “un tercio” de lo que cobraba en 2022. “Y siempre con amenazas, problemas e inconvenientes”, lamenta.
Mientras recorre las instalaciones donde se cobijan varias decenas de corderos y “unas 350 ovejas” que, asegura, puede diferenciar una de otra, Ramón espera que esta crisis pueda zanjarse lo antes posible y, sobre todo, que la viruela pase de largo.
Escuchar cómo casi se emociona al hablar de un posible sacrificio de sus animales da medida de la angustia que le está quitando el sueño desde hace unos días.
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