Nuestro Parque Nacional de “Las Tablas de Daimiel” ofrece estos días unas imágenes desoladoras que inevitablemente recuerdan a los duros momentos vividos hace ahora una década, cuando la falta de agua ocasionó la desecación de las turberas del parque nacional y su posterior ignición. Los datos de superficie encharcada siguen reduciéndose hasta ser prácticamente residuales.