Tras casi tres meses sin arrancar los vehículos ni dar indicaciones técnicas, las autoescuelas de la localidad han reabierto sus puertas para volver a las clases prácticas y teóricas. Con medidas de seguridad como aforo limitado en las aulas o la medida de sólo dos personas por fila de asientos y uso obligatorio de mascarillas en los coches, estos negocios afrontan el verano con optimismo.