El inicio del año puede ser menos duro con pequeños cambios en nuestros hábitos. Gema Valiente, técnico de la OMIC, proponía revisar las tarifas energéticas, darnos de baja de suscripciones innecesarias o descubrir el valor de la cocina de aprovechamiento.
Daimiel Noticias.– Enero avanza y aunque ya sólo queda por delante la segunda mitad, muchas familias y muchos consumidores se enfrentan a lo más empinado de la cuesta, ese momento crítico donde hay que exprimir bien cada euro del presupuesto doméstico.
Aunque septiembre, con la vuelta al cole y los gastos más descontrolados de las vacaciones estivales, podría ganar esta simbólica batalla de los meses más duros del año en lo económico, enero sigue vaciándonos el bolsillo entre subidas fiscales, actualizaciones de suscripciones o compras innecesarias en rebajas.
Uno de los puntos que más se debe vigilar, porque lo vamos a arrastrar todo el año, es el gasto en energía. La vuelta al 21% de IVA a la factura de la luz nos va a afectar sí o sí, pero podemos amortiguar esta subida si cambiamos nuestra tarifa a otra más barata. La manera más efectiva de comparar las ofertas que ofrece el mercado es utilizar la herramienta que ofrece la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Este comparador, al que podemos acceder desde el QR que aparece en nuestras facturas, nos indica y ordena a diario cuáles son las tarifas más baratas del mercado. Gema Valiente, técnico de la OMIC, aconsejaba usarlo porque “simplemente con cambiar de tarifa, ni siquiera de compañía, ya estamos ahorrando unos euros”.
También recomendaba revisar si tenemos contratado algún tipo de mantenimiento y que tengamos en cuenta esto cuando contratemos otra tarifa porque “intentarán colarnos algún servicio extra” durante la conversación telefónica. “Nos llega gente que dice que no lo ha contratado y luego accedemos a la grabación y comprobamos lo contrario, decimos a todo que sí sin pararnos a escuchar”, apuntaba Valiente.
Otro aspecto a tener en cuenta es saber si nos conviene más una tarifa única durante las 24 horas o diferenciada en tramos. “Ahora igual te sale mejor una tarifa con tres periodos, pero en verano puede ser diferente. Por lo tanto, lo ideal es hacer una estimación anual y calcularlo así”, aconsejaba.
Revisar cuentas digitales, armarios y congeladores
Enero también es buena ocasión para revisar las suscripciones a plataformas como Netflix, Disney+ o similares. En estos casos, “podemos darnos de baja si realmente no le estamos sacando el partido que creíamos o podemos elegir una tarifa más barata”, como las que incluyen anuncios durante la emisión de series o películas.
Esta limpieza y organización digital también la podemos aplicar a los armarios ya que, como apuntaba Valiente, “quizá nos encontremos con ropa que todavía no hemos estrenado o alguna que teníamos olvidada y que era la que íbamos a comprar en rebajas”.
Una pauta que también es extensible al frigorífico o al congelador o la hora de planificar las comidas de la semana. Por un lado, para aprovechar al máximo lo que tengamos almacenado demasiado tiempo, y por otro, cocinando recetas que tengan varias vidas. “Vamos, la cocina de aprovechamiento de las abuelas. Mejor preparar un cocido del que podemos sacar caldo y croquetas, que otros platos más rápidos de hacer pero que solo se pueden comer en el momento”, indicaba la responsable técnica de la OMIC.
Por último, también puede ser un buen mes para disfrutar de actividades que no impliquen un gasto elevado, como paseos, visitas a museos gratuitos, cine en casa o eventos locales. Y en lugar de quedar con amigos para comer fuera o en sitios caros se pueden organizar organiza planes domésticos como cenas compartidas, juegos de mesa o películas. Es la forma más práctica y antigua de ahorrar: no gastar salvo en lo imprescindible
Comentarios