Jesus Camacho, alma mater de la organización que ha desarrollado la asociación folclórica Virgen de las Cruces, destacaba que los conciertos de este último fin de semana demuestran que el folk no es solo “castañuelas y bandurrias”. Cree que esta celebración debe servir de “punto de inflexión para abrir una nueva etapa que acerque el festival a generaciones más jóvenes”.
Daimiel Noticias. – Concluidos los actos del 50º aniversario del Festival Folk Tablas de Daimiel, la Asociación Folclórica Virgen de las Cruces ha valorado los dos fines de semana que ha propiciado esta celebración. Para Jesús Camacho, director de la Escuela Local Folclore y alma mater de la organización de estas bodas de oro, lo sucedido durante estos últimos días ha sido “muy bonito y emotivo, y lo hemos disfrutado mucho”.
En declaraciones a Radio Daimiel, Camacho ha destacado que además de “la nostalgia que se vivió con el reencuentro de muchos grupos” veteranos durante el primer fin de semana, los conciertos de Vermú, Karmento y Alquitara del pasado viernes y del sábado han demostrado que el folk no es solo “castañuelas y bandurria”. La pena es que, aunque el teatro Ayala registró una buena entrada, el aforo no se llenó del todo, comenta. Una oportunidad perdida, lamentaba Camacho, porque los conciertos fueron gratuitos y, sobre todo, por la calidad de los grupos. “Es algo que la gente debería conocer y valorar”, subrayaba.
Sobre las mesas redondas que acogió el Museo Comarcal durante la mañana del sábado, Jesús Camacho señalaba que la primera sirvió para hacer un resumen de la organización del festival en estas cinco décadas de la mano de Juan Pablo Gómez del Pulgar, coordinador de Festejos del Ayuntamiento en buena parte de esos años, de Luis Alberto Roncero, su presentador más habitual o Pedro Soriano, el que más veces ha participado con su grupo Clavileño.
Ya en la segunda, conducida por los componentes de Alquitara, se descubrió el camino que recorre este grupo vallisoletano desde que rescata una canción popular que escuchan en la calle hasta que “la graban y la llevan al escenario con sus más de 40 instrumentos”. Camacho reseñaba que “fue muy enriquecedor verlo y disfrutarlo tan de cerca”.
Tras esta experiencia, que ha permitido acercarse a “estilos tan diferentes y complementarios”, el componente de Virgen de las Cruces cree que puede suponer “un punto de inflexión” para la evolución del festival y abrir una etapa que lo acerque a generaciones más jóvenes. “Estoy convencido de que cualquiera que el sábado hubiese pasado un rato al teatro a escuchar a Alquitara, se habría quedado y hubiera salido alucinado, como nos fuimos todos”, concluía.
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